Hay que continuar promoviendo la colaboración tecnológica entre instituciones

En los últimos años se ha visto como las instituciones públicas no colaboran entre ellas y cada una se gasta el dinero en hacer lo mismo que ha realizado otra que está al lado, con la perdida tan alta en recursos y tiempo que eso conlleva. Hay infinidad de ejemplos de comunidades autónomas que se gastan dinero en desarrollar un proyecto tecnológico, que el mismo proyecto lo desarrolla también una diputación y a su vez un ayuntamiento.

Tengo el honor de trabajar en la Universidad de Murcia que aunque tiene muchos defectos también tiene muchas virtudes y una de ellas es colaborar siempre al máximo con otras instituciones, tanto públicas como privadas, para compartir desarrollos tecnológicos o hacerlos conjuntamente para disminuir el coste que tiene que cada institución trabaje por su cuenta y desarrolle lo mismo que otra.

Fruto de esta estrategia y forma de trabajar de la universidad, he participado durante los últimos años en proyectos de cooperación tecnológica con más de 40 instituciones y empresas.

Cómo ejemplo de estas colaboraciones, esta última semana han aparecido en prensa varias noticias sobre proyectos de colaboración tecnológica en la Universidad de Murcia que tengo el place de coordinar:

  • Colaboración con el Ayuntamiento de Murcia en materia tecnológica, donde se pretende colaborar en todos los ámbitos de la tecnología, y cualquier avance tecnológico en una de las instituciones sea también de utilidad para la otra. En virtud de esta colaboración, en breve se pondrán en marcha nuevos medios de participación ciudadana utilizando la aplicación práctica de las tecnologías en favor de los ciudadanos. Actualmente no puedo desvelar nada más, pero si todo va bien después de semana santa verá la luz el primero de los sistemas desarrollados.

  • Colaboración con el Tribunal Constitucional, por el cual la Universidad de Murcia cede al Tribunal Constitucional varios productos software, entre ellos el sistema FACTUM de digitalización certificada(homologado por la AEAT). Éste, permite que, tras un proceso de optimización de imagen y firma electrónica, transformar un documento en papel en un documento electrónico, con la misma validez legal que el documento en papel. Esta colaboración ha permitido que el Tribunal Constitucional no se gaste nada de dinero en desarrollar o comprar un sistema similar. Aquí os dejo un vídeo de la firma del convenio entre el Presidente del Tribunal Constitucional y nuestro rector del pasado viernes.

Estos ejemplos de colaboración a nivel regional y nacional también se extienden a nivel internacional.

captura2En las próximas semanas varias universidades Chilenas: Universidad de Valparaíso y Universidad Técnica Federico Santa María, ponen en producción para todos sus alumnos una aplicación para dispositivos móviles, appTUI, desarrollada en la Universidad de Murcia y que se ha puesto a disposición de la red de universidades con la Tarjeta Universitaria Inteligente, TUI, del Banco Santander, más de 300 universidades en 14 países.

También es este momento se está tramitando un convenio de colaboración entre la Crue Universidades EspañolasANUIES la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior Mexicanas, por el cual entre otras cosas se les cede un software de gestión de indicadores y Gobierno TI desarrollado por la Universidad de Murcia.

Aunque el nivel de colaboración en la Universidad de Murcia es alto, creo que es algo que tiene que potenciarse mucho más entre todas las administraciones. Con la velocidad a la que avanza la tecnología sólo vamos a poder sacar el máximo partido a las  TI si colaboramos entre todos mucho más, ya que la colaboración tecnológica siempre repercute en una mejora en la eficiencia, eficacia, innovación tecnológica o ahorro para las administraciones.

¿Colaboramos?

¿Debemos estar en todas las plataformas móviles? – Estadísticas

Revisando el último informe de la consultora IDC sobre las plataformas móviles, me viene a la cabeza una de las eternas preguntas sobre si una aplicación móvil debe de estar para todas las plataformas posibles o no.

Poniendo el foco en los datos facilitados por IDC vemos que la cuota de mercado de Android a nivel mundial no para de crecer y que sumado a la cuota de iOS (Apple) la cuota de mercado para el resto de plataformas es bajísima. Siempre que reviso estos informes pienso que en algún momento la tendencia cambiará, pero por ahora no varía.

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Estos datos son a nivel mundial, si buscamos datos por países las estadísticas varían mucho entre países, y la cuota de Apple en algunos es muchísimo mayor por ejemplo en Estados Unidos.

Veo muy loable cuando una organización quiere tener una aplicación para todas las plataformas móviles, pero siempre recomiendo lo mismo, estudia cuál es tu público objetivo y pon los mayores recursos en esa plataforma. Conozco organizaciones que tienen aplicaciones corporativas muy buenas para Windows Phone, pero que entre sus usuarios objetivo Windows Phone no llega ni a un 5%. Personalmente creo que la inversión realizada en ella se podría haber dedicado a ofrecer mejor funcionalidad en el resto de plataformas.

Una pregunta muy recurrente es si por las estadísticas actuales una aplicación corporativa debe de hacerse para Apple o no, en este caso personalmente creo que sí aunque con algunos matices, sobre todo relacionados con los recursos que se dispongan para hacer dichas aplicaciones.

Es cierto que la cuota global de Apple en comparación con Android es baja (81,5% frente al 14,8%), pero el tipo de usuario de un terminal Apple hace que el impacto de no estar disponible para Apple y si para Android pueda ser negativo, ya que en ámbitos directivos es fácil ver más terminales iPhone que Android.

Si nos centramos en el mundo universitario donde trabajo, en España la mayor parte de alumnos llevan terminales Android, pero si empezamos a mirar a los equipos directivos o los catedráticos la tendencia ya cambia y el número de dispositivos Apple crece considerablemente, con lo que poner en marcha una aplicación en una universidad sólo para terminales Android puede llevar a recibir bastantes críticas de un colectivo con mucho peso dentro de las universidades ya que el usuario no se plantea si debe o no hacerse en una plataforma, el usuario quiere que esté en la plataforma de su teléfono móvil.

En resumen, creo que actualmente tenemos que enfocar los recursos a las plataformas más extendidas: Android e IOS, dejando aparcado Windows Phone pero observando las estadísticas de evolución de Windows Phone por si en algún momento tenemos que también estar en esta plataforma.

¿tú qué opinas?

Pago móvil

¿Estamos en el boom del pago móvil?

Desde la aparición de la tecnología NFC (Near Field Communication), hace casi 10 años, uno de los servicios que más se ha puesto como ejemplo de uso por parte de los fabricantes es el pago en tiendas físicas a través de los teléfonos móviles usando esta tecnología.

Es cierto que durante los últimos años cada vez existen más iniciativas al respecto, tanto realizadas por operadoras de telefonía en todo el mundo, como por las entidades financieras. Todas ellas aunque sirven para que poco a poco se vaya conociendo progresivamente por los usuarios, ninguna ha llegado a destacar por su penetración en el mercado ni por su volumen de uso, siendo estas más bien acciones de pilotaje y marketing para que a ningún directivo le puedan decir que por qué su empresa no está avanzada en estos temas.

La llegada hace unos meses de Apple Pay ha sido todo un revulsivo para el sector (incluido para el todo poderoso Google que aún no ha llegado a buenas cifras con su Google Wallet que puso en marcha en el año 2011 aunque sólo en EEUU), no porque Apple haya inventado algo, ni porque lo haga de forma abierta para que todo el mundo pueda adherirse (sino todo lo contrario), sino por la gran capacidad que tiene Apple para que sus seguidores quieran a toda cosa los terminales y servicios que ofrece y toda la repercusión mediática que gira alrededor de la empresa de la manzana. Además toda la industria relacionada con NFC lleva años esperando la noticia de que Applet adoptada la tecnología y por fin lo ha hecho (aunque actualmente limitada sólo para Apple Pay y sin posibilidad de uso para otros servicios).

Los primeros meses del servicio no han estado libres de problemas, pero según los datos publicados por MacRumors, el servicio ha tenido una buena acogida y un porcentaje de uso importante, siendo 1% de todos los pagos móviles realizados en EEUU, teniendo en cuenta que lleva muy pocos meses y que sólo funciona con los nuevos terminales iPhone 6 y iPhone 6 plus.

En España hay iniciativas de casi todas las entidades financieras (Sabadell, La Caixa, Santander, BBVA…), y de algunos de los operadores principales de telefonía como Vodafone, pero el servicio no acaba de penetrar en el mercado.

Personalmente creo que hay diferentes factores que influyen en que aún no se haya puesto en marcha de forma masiva:

  1. Falta de acuerdo entre las operadoras y las entidades financieras para almacenar las tarjetas de crédito/débito en la SIM

Si este acuerdo hubiese llegado, el pago móvil hubiera estado hace ya varios años, pero las altas comisiones que quieren aplicar las operadoras, y la resistencia de las entidades a dar parte del pastel, han derivado en la búsqueda de medios tecnológicos alternativos para el uso de un elemento seguro donde almacenar las tarjetas.

A continuación os resumo los medios alternativos a la SIM más utilizados cada cual con sus beneficios y problemas:

· Almacenamiento en un chip seguro del propio teléfono (tipo Apple Pay o el Samsung Pay que se está rumoreando tanto los últimos meses). Esto tiene problemas de penetración ya que la solución es para una marca específica y no puedes extenderlo en el mercado.

· microSD específicas. Esto aunque solventa el problema del acuerdo con las operadoras, no puede extenderse a todos los usuarios ya que muchos teléfonos no permiten microSD y además tienen un coste muy alto para las entidades financieras.

· Host Card Emulation (HCE). Es un estándar incorporado por Google en Android 4.4 (KitKat), que permite que las tarjetas se almacenen en la nube y no en el propio dispositivo.

Este sistema puede solventar algunos de los problemas anteriores con las microSD o las tarjetas en un chip seguro del propio teléfono, pero aún le falta una madurez completa y que los terminales Android vayan actualizándose a las últimas versiones del sistema operativo (4.4 o 5.0).

Hay otras alternativas como el pegar un plástico al teléfono móvil, pero personalmente no lo considero pago móvil sino un “apaño” para salir del paso y poder decir que se tiene pago móvil.

  1. Falta de estándares

Como he comentado, se barajan muchas opciones para ofrecer este servicio, pero son todas propietarios de unos u otros.

Si la industria se sentase y se pusiera de acuerdo, se podría adoptar un estándar que pueda aplicarse en todos los entornos móviles: Android, IOS, Windows…, lo que permitiría que el servicio se extendiese mucho más rápido y además los usuarios no tendríamos que estar ligados a una marca de terminal o un tipo de teléfono móvil.

Si actualmente ya es un drama cambiar de teléfono móvil, ¿os imagináis teniendo que dar de baja las tarjetas de crédito y aprendiendo la forma de cómo pagar con el nuevo teléfono?

  1. Desconfianza del consumidor

Aún existe mucha desconfianza a este tipo de pagos por la cantidad de soluciones diferentes existentes que una persona puede ver en las noticias cada par de meses.

Personalmente creo que el pago móvil cada día va a ir creciendo más y más, y en un par de años todos podremos pagar con nuestros teléfonos móviles, pero en este periodo aún surgirán muchas iniciativas diferentes, así que espero que en algún momento todo se pueda estandarizar por el beneficio de todos: Entidades financieras, Operadoras, Fabricantes de teléfonos móviles y sobre todo por las personas para que no nos volvamos locas con usos diferentes en cada sistema.

Potenciemos la colaboración entre universidades

Después de darle muchas vueltas sobre que escribir en el primer post del blog, me he decantado por hacer una pequeña reflexión sobre la colaboración tan necesaria que tenemos que realizar entre las universidades (tanto públicas como privadas) para poder mejorar en cada momento e intentar estar siempre en esa punta de innovación que la sociedad nos demanda.

Aunque siempre ha existido la colaboración entre las universidades, hace años, en épocas de vacas gordas, cuando un dirigente universitario iba abordar un proyecto raramente se planteaba ver si podía colaborar con otra universidad para llevarlo a cabo, o si podría llegar a un acuerdo para que otra se lo cediese. Directamente se invertían muchos recursos (tanto internos como externos) para realizar el proyecto en cuestión (siempre ha habido excepciones de universidades muy colaborativas,  pero era la nota dominante era el “yo me lo guiso y yo me lo como”).

Desde hace ya varios años, se ve como esa tendencia está cambiando bastante y cada vez hay mayor colaboración entre las universidades. En los últimos años participo en 2 proyectos que tienen detrás una red muy importante de universidades y donde se nota claramente el cambio de ciclo:

  • CRUE-TIC. Comisión Sectorial de Tecnología de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.CRUE

Esta comisión sectorial es un ejemplo muy grande del trabajo que hacen las universidades por colaborar conjuntamente en materia de tecnología. El detalle más importante es que todas las personas que participan lo hacen de forma desinteresada tanto los miembros de la ejecutiva, actualmente coordinada por Segundo Piriz (Presidente y Rector de la Universidad de Extremadura) y Tomás Jiménez (Secretario Ejecutivo y Director TI de la Universidad de Murcia), como todos los participantes en los distintos grupos de trabajo que la componen.

Todos ellos dedican parte de su tiempo a la sectorial porque están plenamente convencidos de que las universidades de forma conjunta somos mucho más fuertes y podemos avanzar mucho más rápido.

  • Proyecto Santander UniversidadesSantander Universidades

Reconozco que hace años no entendía muy bien los beneficios para las universidades del proyecto del Banco Santander, aparte del claro beneficio económico de la gran aportación en mecenazgo que realiza el Banco Santander. Una vez he conocido de primera mano este proyecto, me he dado cuenta de un beneficio aún más grande que es muy difícil de cuantificar y es la gran red de universidades que hay detrás, que pueden abrir infinidad de oportunidades a las universidades en materia de colaboración en todos los ámbitos: académicos, investigación, intercambio y dado mi perfil también colaboraciones en materia tecnológica.

Como ejemplo, hace muy poco se publicó que la red de universidades que tienen la Tarjeta Universitaria Inteligente (TUI) del Banco Santander ya supera las 300 universidades en 13 países diferentes. Este hecho da unas posibilidades enormes de colaboración entre las universidades en materia tecnológica para compartir recursos en servicios relacionados con la tarjeta como son la firma electrónica, control de accesos, sistemas móviles, etc.

En algún post ampliaré mi punto de vista sobre este tema para no enrollarme tanto en este primer post.

Esto son sólo dos iniciativas, pero existen muchas redes de universidades, que entre todos debemos de potenciar, ya que si colaboramos además de optimizar mucho más los recursos podremos ser más innovadores y podremos mejorar el servicio que desde las universidades se ofrece a toda la sociedad.

Para finalizar os quiero dejar un proverbio africano que resume muy bien la colaboración y el trabajo en equipo tanto entre personas como entre instituciones

“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”